Entrevista
Marga Riera
PROFESORA DE YOGA Y PSICOLOGA : "Queremos ofrecer recursos para que la gente sea más feliz"
ENTREVISTA.
/
Marga Riera acaba de abrir un centro de yoga en la calle Doctor Casal, justo frente a la estatua de su padre Luis Riera, una "anécdota mágica" que precisamente la animó a dejar Ribadesella y embarcarse en la aventura ovetense. No estará sola y cuenta con Mercedes Soto, Fernando Sampedro, Marisa Fanjul, Gillian Mead y Marta Bromley como colaboradores.
-- Cómo surje la idea de abrir este centro?
--Durante 10 años estuve dando clase de yoga en Ribadesella y esta primavera, cuando se acabó el contrato, apareció la oportunidad de este centro en Oviedo y lo cogí. La idea parte porque no hay muchos de este estilo en la ciudad, pero creo que ya está preparada para cosas modernas. Me entusiasma empezar esta nueva etapa.
--Usted también es psicóloga, será un trabajo de cuerpo y mente?
--Sí claro, y para ofrecer posibilidades y recursos para que la gente sea más feliz.
--Entre las actividades, destaca el yoga para niños. Cómo es?
--Los niños urbanos tienen mucho estrés por las actividades de la ciudad, y disfrutan muchísimo con las clases. Aquí les damos el espacio para relajarse y el curso es muy bueno para la psicomotricidad. Hay niños pequeños que tienen su sistema corporal muy perdido.
-- Qué otros proyectos tiene el centro?
--Destacan varios. Por un lado, tendremos un trabajo grupal que funciona muy bien, las constelaciones familiares, biomagnetismo médico --un tratamiento con el par biomagnético de las enfermedades producidas por patógenos-- y el coaching multidimensional, que dirige Fernando Sampedro.
-- Cómo nace su relación con el yoga?
--Estudié Psicología y siempre tuve mucha relación con las distintas terapias espirituales. Primero a través del feminismo y luego con el budismo tibetano, que fue donde más aprendí. En 2006 decidí formarme en el yoga y me trasladé la India durante un mes.
-- Qué trata de transmitir en sus cursos?
--Por un lado, lo que significan las posturas y el ambiente de conciencia corporal y relajación. Si se logra, la persona entra en una dimensión en la que es consciente de su cuerpo y es capaz de aumentar la calidad vital. Sin triunfalismos, se puede decir que cambia la vida. Si lo puedes llevar a la vida cotidiana al final consigues no enfadarte tanto si hay un problema en el trabajo, por ejemplo.